La violencia es el tipo de interacción entre sujetos que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada, provocan o amenazan con hacer daño, mal o sometimiento grave (físico, sexual, verbal o psicológico) a un individuo o a una colectividad, afectando a las personas violentadas de tal manera que sus potencialidades presentes o futuras se vean afectadas. Violencia (s.f.) En Wikipedia. Recuperado el 18 de febrero de 2020 de: https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia.
Sea como fuere nos encontramos en un mundo de violencia gratuita, que nos conduce a una sinrazón que no debería ser propia de gentes con capacidades cognitivas normalizadas. De personas o colectivos que utilizan su fuerza contra sí mismos u otros, con consecuencias y problemas de todo tipo, incluida la muerte.
Dentro de unos días celebraremos el día internacional de la mujer trabajadora y se volverá a reivindicar en la calle la necesidad de parar esa lacra en este país, dicen avanzado y civilizado, que se ha llevado por delante desde el año 2003, según estadísticas del Instituto de la Mujer y para la igualdad de oportunidades, a 1262 mujeres.
En la calle, en las casas, en hospitales o centros educativos; entre familiares, iguales, políticos o futbolistas; con golpes, insultos o agresiones; desde el poder, la desigualdad o la fuerza,... qué más da, al fin y al cabo el resultado de la violencia y los violentos siempre es el mismo: sufrimiento, desesperanza, frustración, dolor y secuelas.
¿Es posible un mundo sin violencia? se plantea Chantal Maillard en uno de sus últimos libros, y añade: "Si queremos recobrar la salud como especie, será indispensable que reemplacemos la moral de la reciprocidad por una ética de la compasión."
Ahí quería llegar, a indicar la compasión no como menosprecio sino como un comportamiento dirigido a eliminar el sufrimiento y a producir bienestar en quien sufre. Al proceso que nos ayuda a superar las consecuencias negativas de la autocrítica que nos destruye, o a la vergüenza que nos mata. Necesitamos generar emociones positivas para sentirnos mejor y nos merecemos algún momento de felicidad aunque estemos rodeados de violencia gratuita.
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