jueves, 30 de julio de 2020

DEJAR UNA MUESCA EN EL UNIVERSO

               
Si la vida es impredecible, ¿por qué tenemos que sufrir incluso por las cosas que no suceden? Una existencia predecible nos marcaría desde que vemos la luz el primer día de nuestra llegada a este planeta y seríamos infalibles. Lo haría con un cuaderno lleno de datos, etiquetas, acontecimientos, personas y experiencias. Sabríamos sin dudar lo que tendríamos que hacer y lo que no, a quién amar y a quién no, a qué dedicarnos en cuerpo y alma... pero eso no es posible, nos toca escribir cotidianamente nuestro texto con notas al margen, emborronando a veces lo que no hemos llegado a digerir por una u otra causa. Y eso nos genera malestar si no le ponemos un poco de flexibilidad a la percepción, si no levantamos el yugo y la culpa de nuestro propio juicio; y si no somos capaces de tener un plan con el que comprometernos, aceptando que no siempre salen las cuentas o que la perfección solo existe desde un punto de vista filosófico o de belleza.


Uno de los últimos libros que han caído en mis manos ha sido The Greatness Guide, traducido como: "éxito -una guía extraordinaria-" de Robin Sharma. Y un capítulo ha llamado especialmente mi atención, el número 77 llamado "Deja una muesca en el universo". Allí describe, entre otras cosas, como Shimon Peres, premio nobel de la paz en 1994 junto a Isaac Rabin y Yasser Arafat, cuando le preguntó cuál sería la finalidad de esta vida le contestó: "encontrar una causa más importante que tú mismo y entregar a ella tu vida". Más adelante cuenta como Steve Jobs, presidente de Apple, lo tenía claro: dar lo mejor de uno mismo brinda la oportunidad de "dejar una muesca en el universo".

En la terapia psicológica de tercera generación, en la que me basé para hacer mi tesis doctoral, "Aceptación y Compromiso" se establecen como elementos clave los valores, aquellos que mueven el motor de la existencia. Teniéndolos claros, que no es fácil, y apostando por ellos se podrá comenzar a diseñar ese plan estratégico necesario para afrontar los retos, ganar en confianza y apostar por uno mismo. Además, es conveniente reconocer las barreras que se nos presentan y nuestra actitud para vencerlas, salir de la mente y entrar de lleno en la vida lidiando con los miedos.

Aceptación suele confundirse con resignación y es todo lo contrario, se trata de hacer con consciencia, reconocer lo que se puede cambiar y lo que no. 

Compromiso es actuar con responsabilidad hacia esas metas prediseñadas parando a corregir desviaciones, cogiendo fuerzas para completar el siguiente tramo y observar el trayecto recorrido, pues como decía el famoso poeta: "caminante son tus huellas el camino nada más, al andar se hace camino..."

Y no hay nada como verse muerto para comenzar a vivir. También es un ejercicio psicológico muy interesante que nos permite observar a todas las personas que nos importan y preguntarnos qué huella nos gustaría dejarles, y qué piensan ellos de mi y de mi momento vital.

De momento y como aperitivo, para darle una muesca al universo, nos podemos hacer estas dos preguntas: 

¿Qué muesca dejarás hoy? 

¿Cuál será tu contribución -en lo personal, social o laboral, a la vida?

 

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